Aquellos que trabajan en la construcción, el procesamiento de alimentos u cualquier otra industria son conscientes del hecho de que las tuberías de acero inoxidable no se oxidan. Las tuberías de acero inoxidable permanecen libres de corrosión y óxido gracias a una capa fina conocida como óxido de cromo que se forma cuando el acero está expuesto al oxígeno. Esto da lugar a la pasivación, que es importante para la vida útil de las tuberías de acero inoxidable. En este artículo, explicaremos cómo las tuberías de acero inoxidable resisten la corrosión, qué tipos de acero inoxidable se utilizan y qué aplicaciones aprovechan dichas características.
No es ningún secreto que las tuberías de acero inoxidable permanecen libres de óxido y corrosión. Sin embargo, surge la pregunta: ¿por qué? La respuesta está en la composición. Las tuberías de acero inoxidable tienen una aleación de níquel, hierro y cromo. El cromo incluye un mínimo del 10,5 % del ingrediente. Al estar expuesto al oxígeno, el acero desarrolla una capa protectora muy fina que ayuda a aumentar la longevidad de las tuberías.
Los diferentes tipos de acero inoxidable tienen diferentes grados de resistencia a la corrosión. Tomemos, por ejemplo, el acero inoxidable 304. Se utiliza comúnmente en locales comerciales y residenciales debido a su capacidad para resistir ácidos oxidantes y la corrosión general. Sin embargo, el acero inoxidable 316 es preferido en entornos más corrosivos, como los marinos o las aplicaciones de procesamiento químico, debido a su mayor contenido de níquel y la adición de molibdeno, lo que lo hace más resistente a la corrosión por cloruros.
Las aplicaciones de tuberías de acero inoxidable son vastas, abarcando desde sistemas de fontanería y HVAC hasta la fabricación de alimentos y bebidas. En la industria alimentaria, por ejemplo, las propiedades no reactivas del acero inoxidable aseguran que los productos alimenticios estén libres de contaminantes, mientras que su fácil limpieza ayuda a mantener los estándares de higiene. En la construcción, las tuberías de acero inoxidable se utilizan con fines estructurales, donde su resistencia y su capacidad para soportar factores ambientales son críticos.
Este cambio hacia el acero inoxidable es evidente en la tendencia hacia la fabricación ecológica. Su reciclabilidad y durabilidad hacen del acero inoxidable una opción amigable con el medio ambiente. Las industrias están tratando de reducir las emisiones de carbono y, por lo tanto, los estándares ecológicos se han vuelto esenciales. Las tuberías de acero inoxidable están ganando popularidad por esta misma razón.
Para concluir, la composición y características protectivas de las tuberías de acero inoxidable les permiten resistir la corrosión. Las tuberías de acero inoxidable están disponibles en diferentes grados, lo que las hace útiles para diversos propósitos mientras mantienen los estándares de seguridad, higiene y durabilidad. Se necesitarán cada vez más soluciones de tuberías de acero inoxidable resistentes a la corrosión a medida que aumenten los objetivos de sostenibilidad y rendimiento junto con el paisaje industrial en constante cambio.